Podríamos contarte qué es un conflicto, pero tú ya lo sabes, llevas toda la vida entre ellos y, a no ser que seas alguien peculiar, te parecerán de lo más desagradable. Si pudieras evitarlos lo harías. Tanto es así que, a veces, sales huyendo si la situación te lo permite.
No es algo que te ocurra sólo a ti. Asociamos el conflicto con algo negativo y doloroso porque nos cuesta ver todo el potencial que encierra. Nos obliga a buscar un nuevo enfoque y esto nos da la posibilidad de aprovecharlo para crecer y para mejorar nuestras circunstancias actuales. Pocas herramientas de cambio y mejora son tan potentes como un conflicto bien enfocado.